26.5.12

Grass critica en un nuevo poema política europea y sale en defensa de Grecia

El escritor acusa a Europa de dar de beber a Grecia de la copa de cicuta, en alusión al destino del filósofo griego Sócrates, y de alejarse del país que sirvió de cuna a la civilización europea

Günter Grass arremete contra la política económica de la UE implementada en Grecia, cuna de la civilización.foto:archivo.fuentes:lainformacion.com.elpais.com

Casi dos meses después de su controvertido poema crítico contra Israel, el Premio Nobel de Literatura Günter Grass publica otros versos en los que arremete contra la política europea en la crisis griega y que adelanta hoy el "Süddeutsche Zeitung" en su edición digital.
En el poema, que lleva por título "La vergüenza de Europa", el literato alemán lamenta que Grecia, por deudora, es puesta en la picota y desposeída de sus derechos, mientras los que ejercen el poder le aprietan cada vez más el cinturón.
En sus doce estrofas, de dos versos cada una, Grass advierte de que Grecia, próxima al caos por no estar a la altura del mercado, está condenada a la pobreza, al tiempo que se muestra comprensivo con la ira de los griegos.
El escritor acusa a Europa de dar de beber Grecia de la copa de cicuta, en alusión al destino del filósofo griego Sócrates, y de alejarse del país que sirvió de cuna a la civilización europea.
Al final del texto, Grass advierte de la maldición en coro de los dioses del Olimpo y recuerda a Europa que sin el país cuyo espíritu la ideó, acabará marchitándose.
El anterior poema publicado por Grass a principios de abril en varios grandes diarios de todo el mundo y en el que el escritor se opone abiertamente a un ataque de Israel contra Irán, despertó una oleada de indignación y tuvo como consecuencia que Estado israelí le declarara persona non grata.

La vergüenza de Europa

Günter Grass
Aunque próxima al caos, por no agradar al mercado, lejos estás de la tierra que tu cuna fue.
Lo que con el alma buscaste y creíste encontrar
hoy lo desechas, peor que chatarra valorado.
Desnuda en la picota del deudor, sufre una nación a la que dar las gracias era antaño lo más natural.
País condenado a ser pobre, cuya riqueza
adorna cuidados museos: botín por ti vigilado.
Los que invadieron con armas esa tierra bendita de islas llevaban, con su uniforme, a Hölderlin en la mochila.
País tolerado ya apenas, a cuyos coroneles
toleraste un día en calidad de aliados.
País sin ley al que el poder, que siempre tiene razón, aprieta el cinturón más y más.
Desafiándote viste de negro Antígona, y en el país entero hoy lleva luto el pueblo cuyo huésped eras.
Pero, fuera de ese país, el cortejo de parientes de Creso ha acumulado en tus cámaras cuanto brillaba dorado.
¡Bebe de una vez, bebe! grita la clac de los comisarios, pero airado te devuelve Sócrates su copa a rebosar.
Maldecirán los dioses a coro lo que te pertenece, pero sin tu permiso no se podrá expropiar el Olimpo.
Sin ese país te marchitarás, Europa, privada del espíritu que un día te concibió.
Traducción de Miguel Sáenz.

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